PERSONAJES
El jueves pasado, Charlie Sheen, que supo ser uno de los actores mejores pagados de Hollywood, cumplió 55 años. A continuación, un repaso a su escandalosa vida.
Llegó a ser el actor mejor pagado de la televisión, atravesó numerosos escándalos mediáticos y pasó por numerosas rehabilitaciones. Charlie Sheen, uno de los hombres más polémicos de Hollywood, celebró sus 55 años el jueves. Y los festejó junto a su familia y alejado de los sets de filmación, el lugar donde consolidó su carrera.
Charlie —cuyo verdadero nombre es Carlos Irwin Estévez— comenzó a filmar en la década de los ochenta. Su primer papel como coprotagonista fue en Amanecer rojo, una película bélica de 1984 en la que dos adolescentes —el otro era Patrick Swayze— se dedicaban a luchar contra los comunistas. Dos años después llegaría Un experto en diversión, donde por primera vez explotaría el lado humorístico que definiría el resto de su carrera.
Su consolidación llegaría en 1986, cuando Oliver Stone lo convocó para participar de Pelotón, otra cinta bélica que se llevaría el Óscar a la mejor película. Luego de otros papeles en las comedias La pelota mágica y Locos en el aire, su extravagante vida personal comenzaría a tomar más importancia que su obra. Con solo tres años de carrera cinematográfica, el nombre de Sheen llegaría a los titulares a partir de su fama de fiestero.
Según se relata en un perfil de 2012 publicado en la revista Rolling Stone, Sheen solía pasear en autos Porsche de 60 mil dólares, tenía varias armas de fuego y era todo un mujeriego. “Llevaba una lista con nombres de mujeres, numeradas del uno al 25 y a algunas de ellas les asignaba estrellas como si fueran la reseña de una película”, relata aquel perfil.
En 1990 llegaría su primer gran escándalo. Un día, su prometida de ese entonces, Kelly Preston, levantó un pantalón del actor que estaba tirado en el piso del baño y, de uno de los bolsillos, cayó un revolver calibre 22, que al golpearse contra el piso se disparó. La bala impactó en el inodoro, pero una esquirla de porcelana se alojó en el brazo de Preston. De inmediato, los medios afirmaron que Sheen le había disparado a su pareja.
Unos años después, ya en 1998, su carrera tocaría fondo a causa de sus adicciones. Sin trabajo y deprimido, Sheen tuvo una sobredosis de cocaína, por lo que debió que ser internado y someterse a su primera rehabilitación. “Cuando está sobrio, Charlie es dulce, amable, afectuoso y generoso”, dijo su exnovia, la actriz porno Ginger Lynn. “Pero cuando toma alcohol y otras cosas, se sale de control”.
Todo parecía indicar que la carrera de Sheen había llegado a su fin, pero la llegada del nuevo milenio le traería una oportunidad para redimirse. En el 2000 fue contactado para reemplazar a Michael J. Fox —la estrella de Volver al futuro, que empezaba a sufrir las secuelas del Parkinson— en la sitcom Spin City. Si bien su papel no lograría el mismo efecto que el de J. Fox —luego de dos temporadas, la comedia sería cancelada—, ese trabajo le daría la exposición necesaria para que lo contactaran para el programa más memorable de su carrera: Two and a Half Man.
El auge y caída de Charlie Sheen
La serie creada en 2003 por Chuck Lorre —responsable de grandes éxitos televisivo como The Big Bang Theory, El método Kominsky y Mike & Molly— tenía todo para que Sheen brillara. Era el perfecto reflejo de la vida personal del actor: su personaje vivía en Malibú, nunca se lo veía sin sus bermudas ni su camiseta de bowling, tenía aliento a alcohol y siempre recibía a una mujer distinta en su mansión. Por su papel como Charlie Harper, una especie de álter ego, en 2010 llegaría a convertirse en el actor mejor pago de la televisión: recibía 1.8 millones de dólares por episodio.
La serie, que fue muy bien recibida por la crítica y el público, marchó sin problemas hasta 2011, cuando los excesos de Sheen opacaron —una vez más— su trabajo. Ese año, el actor entró en rehabilitación tras el abuso de drogas y alcohol que llegaría a afectar las filmaciones de la serie que protagonizaba junto a Jon Cryer. A eso se le sumó una gira mediática en la que se dedicó a atacar ferozmente al creador de la sitcom. “Chuck Lorre es un estúpido y un sociópata barato sin huevos”, le dijo al portal TMZ. “Ese pedazo de mierda se robó mi dinero y el de mi segunda familia: mi elenco”.
Tras una serie de comentarios similares en los que reclamaba más dinero, pasó lo menos esperado: Lorre lo despidió y lo reemplazó por Ashton Kutcher. La sitcom siguió unos años más, pero con pésimos niveles de rating y duras críticas de los medios de prensa. Sheen terminó demandando a Warner Bros. y a Lorre por 100 millones de dólares por incumplimiento de contrato, pero la demanda quedó en la nada.
En 2012 volvió a la televisión con Anger Managment, en la que interpretaba a un exbeisbolista que, para manejar sus problemas de ira, decide convertirse en terapeuta. La serie tuvo 100 episodios y, dos años después, fue cancelada. A partir de ese momento, su vida personal pasó a ser el único foco.
En 2015, durante una entrevista con The Today Show, Sheen anunció que tenía VIH (ver recuadro). En 2017, el actor Corey Haim lo denunció por haber abusado de él en 1986, cuando él tenía 13 años y Sheen 19. En marzo de este año, Corey Feldman también acusó al actor de haberlo violado. Hasta ahora no hubo novedades del caso.
Mientras tanto, Sheen —que el jueves cumplió 55 años— se mantiene alejado de las cámaras. Sus últimos papeles protagónicos en cine fueron 9/11 y Mad Families, ambas películas de 2017. Según informó uno de sus cinco hijos, Martin Sheen, el actor dejó las drogas y el alcohol.
A principios de julio, Sheen publicó un mensaje en su cuenta de Twitter donde anunciaba que había cumplido un año sin fumar. En la actualidad, la única forma de verlo frente a una cámara es a través del sitio web Cameo, donde cobra 300 dólares por enviar saludos personalizados para cumpleaños.